Las victorias en F1 definen el carácter del piloto, por lo que se encuentran en la tesitura de ser ellos mismos o mirar por el equipo
La F1 es un deporte aclamado por su incertidumbre, pues todas las victorias se traducen en gloria. No obstante, la presión y su propia ambición, dejan a los pilotos en una encrucijada: ¿deberían priorizar su campeonato o esforzarse por ser el piloto que quiere su equipo?
Es necesario tener en cuenta que el rey de los deportes a motor no deja espacio para las dualidades. Su afición suele optar por tomar una posición cuando hablamos de su opinión sobre un piloto. Por lo que, hagan lo que hagan o digan lo que digan, siempre habrá una minoría que no estará de acuerdo con su decisión.
¿Críticas por ganar?
Si nos preguntásemos qué tienen en común un piloto y un fan que no entiende el deporte, la respuesta sería sencilla: lograr la pole el sábado y conseguir la victoria el domingo. A pesar de ser un deporte por equipos, la Fórmula Uno lleva una gran carga que requiere que los pilotos sean individualistas.
Cada circuito es una jungla de asfalto donde cabeza y corazón se encuentran. Puede que si el piloto gana la carrera se esté asegurando ser campeón del mundo, pero si lo hace, puede estar repercutiendo a su compañero, y lo que es peor a su escudería.
Ejemplo claro de esto lo encontramos en la temporada del 2023, donde Max dominó 19 de las 22 carreras. Aquel año la canción más reproducida por los aficionados fue el himno de Países Bajos. En el caso de Verstappen, fueron comentarios acerca de su falta de deportividad, su arrogancia y agresividad en pista e incluso que fue el año más aburrido de la Fórmula Uno.
Todo esto mientras el piloto holandés hacía historia, y se convertía en el campeón con más victorias ganadas en una sola temporada de F1. Tal vez, si nos pusiéramos las botas de Max, la historia hubiera sido muy distinta.

Giro de guion
Esta temporada, los que dominan ya no conducen un Red Bull, ahora lo hacen desde un coche papaya. Y es que, tanto Norris como el joven Piastri, han sido los magos del motor este 2024.
Este dúo está siendo el ejemplo de la dualidad entre el equipo y el interés como piloto, pues la competitividad entre ambos ha llevado a roces y momentos tensos. Sin embargo, han demostrado ser pilotos talentosos y grandes compañeros a pesar de las críticas.
Finalmente, la presión por ganar y la necesidad de complacer al público son dos factores que colisionan en pista. Pero, ¿debería realmente un piloto sacrificar su instinto competitivo por la aprobación del público? ¿No es precisamente su sed de victoria lo que los convierte en leyendas?
Quizás, en este deporte, la grandeza vaya más allá de ganar carreras. Quizá se encuentre en encontrar el equilibrio entre ser el campeón que ansías y el héroe que tus aficionados claman. Al final del día, las viejas glorias de la Fórmula Uno no son solo recordadas por alzar trofeos, sino por su coraje tras el volante.
Así pues, la próxima vez que pensemos mal de un piloto por ser demasiado agresivo en pista o no lo suficientemente bueno, tengamos en mente que esta es la esencia de nuestro deporte. Aquel que mezcla la ambición de ganar con el deseo de ser recordado en una suave danza que se pone de manifiesto bajo cinco luces rojas, una bandera y el “lights out and away we go”.
