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Anécdota: Lo que Imola nos quitó en 1994

Recordamos el trágico GP de San Marino de 1994, con el accidente de Barrichello y las muertes de Ratzenberger y Senna

Se cumplen 30 años del Gran Premio maldito que se cobró la vida de dos pilotos

Tal día como hoy, hace 30 años, se celebraba el Gran Premio de San Marino de 1994, en el circuito Enzo e Dino Ferrari, la tercera cita del campeonato ese año. Por desgracia, este GP será recordado como uno de los más duros, oscuros y tristes de la historia, con el fallecimiento de dos pilotos, entre ellos Ayrton Senna.

Viernes

En los entrenamientos libres del viernes, Rubens Barrichello impactó salvajemente contra un muro de neumáticos, yendo tan rápido que la cámara no fue capaz de frenar a tiempo para grabar el accidente completo. Por suerte, el brasileño salió ileso, aunque no recordaba nada de lo que pasó. 

Sábado

El sábado, en la clasificación, el austriaco Roland Ratzenberger también tuvo un accidente fortísimo, y preocupante para el espectador, pues tras impactar contra el muro, el coche de Roland se deslizaba por el césped de Imola, y sus pies sobresalían del habitáculo roto. Lamentablemente, este accidente sí fue fatal; el joven novato no sobrevivió.

Domingo

Tras estas dos horribles experiencias, mucha gente opinaba que la carrera no debía celebrarse, sin embargo, la FIA sí dio luz verde, y la carrera se disputó. El brasileño Ayrton Senna, dijo que no se sentía cómodo, la pista no se encontraba en las mejores condiciones, no se encontraba a gusto con el coche y estaba afectado por la muerte de Roland. A pesar de la insistencia de Sid Watkins de que no corriera, Senna se subió a su coche y salió desde la pole ese día. En la salida, hubo un choque entre dos pilotos de la parte de atrás de la parrilla. Entonces salió el coche de seguridad y dos vueltas después de la relanzada, sucedió lo que muchos se temían, otra desgracia. Ayrton Senna, que estaba liderando la carrera, se había salido de la pista y chocado contra el muro de la curva de Tamburello.

Senna fue atendido por los médicos, pero nada se pudo hacer, pues el brasileño falleció al instante. Al retirar el coche accidentado, los comisarios encontraron una bandera de Austria en el habitáculo. Senna guardó ahí la bandera, para en caso de ganar, homenajear al fallecido Roland Ratzenberger al final de la carrera.

Imola nos privó de ver a Senna ganar más títulos, pero, a cambio nos dio una lección de vida, que los dioses también son mortales. 

Es muy difícil que todos los aficionados de la F1 estén de acuerdo en algo, y eso habla aún mejor de Senna, porque todos y cada uno de nosotros sabemos que Ayrton fue especial.

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